Esta es la típica pregunta que siempre nos realizamos, ¿Cuándo lavar las toallas y la ropa de cama? Sigue leyendo para saber cada cuanto hay que cambiar este tipo de ropa.

¿Cada cuánto hay que lavar las sabanas y toallas? ¿Cada dos semanas? ¿Un mes? ¿Todos los días?

Antes de responder a la pregunta acerca de la frecuencia con que hay que lavar las sábanas y toallas, es importante que sepas qué los microorganismos se pueden acumular en la ropa de cama o en el baño.

Entre los tejidos es posible acumular:

Ácaros, Bacterias, Piel desescamada, Suciedad, Polvo, Secreciones secas (como la saliva y el sudor), Diminutos insectos, Restos de maquillaje, Polen, Hongos, Caspa, Partículas de plantas y animales.

Una revista llevó a cabo una encuesta donde preguntaba a las mujeres cada cuanto cambiaban o limpiaban ciertas partes de la casa.

La mayoría de las mujeres respondieron que cambiaban las sabanas y toallas una vez a la semana y un tercio de las encuestadas nunca cambiaban las almohadas de la cama. También respondieron que los edredones y mantas las lavaban una vez al año durante los cambios estacionales de invierno, cuando las mantas y la ropa se almacenan en el comienzo del verano.

Algo diferente ocurre, por ejemplo, con los cojines del sofá o el forro del sofá, ¿Por qué?

Sobre este tema, el director de microbiología clínica del Centro Médico Langone, en Nueva York, indicó que como mínimo, habría que lavar estos enseres una vez por semana.

Esta frecuencia de lavado podría ser mayor en el caso de que un miembro de la familia estuviese enfermo, durmiese desnudo o si las temperaturas fueran demasiado altas.

No sólo son las sábanas y las toallas el centro de los virus y las bacterias. Otros objetos que usamos a diario pueden transmitir virus.

Paños de cocina

Terminamos de lavar los platos y los secamos con un paño, el mismo que usamos para limpiar la encimera o mesa de cocina. Esto es algo bastante común, pero no es correcto.

¿Sabes cuántos gérmenes se pueden quedar en tu cubertería si utilizamos el mismo trato para limpiar o secar varias partes de nuestra cocina?

Los paños de cocina son los objetos que están más expuestos a los microorganismos.

Según dicen los expertos, los trapos de cocina deben lavarse después de cada uso con una solución desinfectante. Deben limpiarse en la lavadora una vez a la semana con bicarbonato de sodio en lugar de detergente.

Alfombra de baño

Al salir de la ducha, por lo general caminamos sobre una alfombra para no mojar el suelo. Lo que normalmente hacemos es dejar secar la alfombra para usarla la siguiente vez.

Esto está mal hecho, se recomienda lavar la alfombra una vez a la semana o cada 15 días. Si el baño es demasiado húmedo, es importante lavar la alfombra dos veces a la semana.

Toalla de baño

Las toallas de baño son muy gruesas y con ellas nos secamos todo el cuerpo, es por eso que a menudo tienen ese olor característico a humedad.

Además de lavarlas una vez a la semana o cada tres usos, es aconsejable hacerlo con vinagre en lugar de jabón, puesto que el detergente reduce la capacidad de absorción de la toalla. Es también buena idea dejarlas secar al sol.

Cortinas

Las cortinas acumulan polvo y están en contacto con los microorganismos que se mueven a través del aire en interiores y exteriores. Si dispones de un conjunto de cortinas para el invierno y otro para el verano, lo mas recomendable es lavarlas cada final de temporada.

5 trucos para hacer las toallas más suaves

1. Usa limón y vinagre antes de meterlas en la lavadora

Antes de empezar con el método habitual de lavado, prueba a realizar un prelavado con agua fría añadiendo un chorro de limón y de vinagre. Las propiedades de estos productos en el hogar son tales, que te garantizarán una toallas más suaves.

No temas por los restos de olor, ya que después del aclarado las meterás en la lavadora como de costumbre. De esta manera la acidez de estos productos será imperceptible al olfato (pero no al tacto, afortunadamente).

2. Evita los suavizantes químicos

Suavizantes para tener la ropa más suave
Como decíamos anteriormente, los beneficios iniciales de estos productos se vuelven en contra de nuestros propósitos. Algunos de sus compuestos crean una cobertura invisible que impide que los tejidos absorban el agua como debieran.

3. Añade amoniaco y vinagre en la lavadora

Mientras que el amoniaco impide que los detergentes se adhieran tan fuertemente a los tejidos, el vinagre tendrá el mismo efecto con las sales minerales del agua que mencionábamos con anterioridad. De esta manera, podremos hacer que tus toallas estén más suaves.

4. No abuses ni del jabón ni del detergente

Más no es más, es decir, usar detergentes o jabones en abundancia no implica una mayor limpieza, sino que corremos el riesgo de que ocurra lo contrario.

Si usamos algunos de los trucos mencionados, una pequeña cantidad de los mismos será suficiente para devolver la suavidad a tu ropa de baño.
Detergente en polvo para la lavadora

5. No sobrecargues el tambor

Para que todo lo dicho funcione, tendrás que calcular la carga de lavado, porque si incluyes una gran cantidad de ropa los remedios caseros no tendrán el efecto completo. Además, la fricción de unas toallas contra las otras las endurecerá y, por tanto, impedirá que tengas unas toallas más suaves.